El lenguaje es una herramienta que utilizamos día a día, y pocas veces ponemos suficiente atención en la forma en que hacemos uso de ella.
Existen diversas hipótesis sobre el dónde y el cómo se originó, sin embargo, se coincide en que su principal objeto fue el de la comunicación.
Hoy en día, existen diversos estudios a este respecto; en lo personal, la PNL es una de mis favoritas. En definitiva, la comunicación se compone de mucho más que las palabras, sin embargo, en este texto me quiero enfocar en la importancia de éstas. En lo relevante de darles un significado.
Los seres humanos aprendemos a conocer el mundo con apoyo del lenguaje, y mediante él transmitimos a otros un mensaje. Pero además, organizamos nuestro mundo interior con su ayuda.
Darle nombre a las cosas nos permite entendernos mejor a nosotros mismos.
Es cierto que no debemos apegarnos a ellas, al final de cuentas sólo son un medio para lograr un fin. No obstante, si creamos conceptos conscientes, y aprendemos a usarlas adecuadamente, son sumamente valiosas.
Por el momento quiero compartirte algunas de mis interpretaciones sobre palabras y frases que utilizamos de forma muy común, y que para mí ha sido realmente provechoso comprender.
Por supuesto que ésta es sólo la manera en que me ha sido útil entenderlas e integrarlas, eres completamente libre de estar de acuerdo conmigo o no. De cualquier forma, cuestionarte el significado que tienen para ti, seguro te será enriquecedor.
¡Vale la pena!
¿Has reflexionado sobre esta expresión? ¡Es una de mis favoritas!
Antes la decía con bastante frecuencia; ahora sólo cuando he decidido que la situación sobre la que estoy deliberando: “Vale lo suficiente para penar por ella”
Hay tantas cosas en esta vida que lo valen…
Y hay tantas otras que no…
¿Qué vale lo suficiente para ti, como para penar por ello?
¿Qué circunstancias merecen atravesar el dolor, pagar la multa, o solventar el costo que puedan significarte?
¡Cuestiónate! En cada acción, a cada momento, pregúntale a tu Yo-Mismo: Esto que hago, ¿En verdad merece la pena? Si es así, ¡Hazlo! ¡Disfrútalo! ¡Pon toda tu atención en ello! Y si no, si el beneficio que obtendrás no es equiparable a lo que te está implicando, ¡Déjalo! ¡Invierte tu tiempo en algo que realmente sea importante y significativo para ti!
Realizar = (Real - izar).
Esta palabra alude al hecho de “hacer real algo, de ponerlo en práctica”. ¡Me encanta! Verás que en mis textos la utilizo con un énfasis especial, puesto que muchas veces idealizamos personas, incluyéndonos a nosotros mismos. Creamos expectativas inalcanzables sobre lo que creemos que es nuestro presente, e incluso sobre lo que esperamos lograr en el futuro. Elaboramos imágenes “irrealizables”; es decir, que no concuerdan con la realidad, y que implican una amenazante decepción.
¿Qué es “real” hoy en tu vida?
No qué “crees” que eres o haces, sino: ¿Qué eres o haces en “realidad”?
Te propongo que a partir de hoy empieces a integrar esta palabra en tu vocabulario; verás que te conectará más con la verdad de tu presente, y por lo tanto te dejará con menos espacio para desilusiones futuras. Además, te hará más consciente de tu necesaria participación en el proceso de decidir y actuar sobre tu vida.
¡Menos planeación y más acción!
Responsabilidad - (Respons-habilidad).
Por nuestro bien y el del mundo entero...
¡Olvidémonos de sentirnos culpables y hagámonos responsables!
Etimológicamente la palabra se deriva de -responsum-, que es una forma latina del verbo “responder”. Ser responsable es “tener la capacidad o la habilidad de responder, de hacer frente a una situación”.
Deja de asociarla con obligación, cargo, deber, tener que y todos estos significados que pueden estar ciertamente relacionados, ¡O no! Pero definitivamente no ayudan a percibir la responsabilidad como lo que es:
“Una habilidad, una cualidad, un acto de valentía, un poder incluso”.
¡El poder que tienes de trascender una situación y mejorar tu experiencia de vida!
¡Avanzar! Y ¡Seguir hacia adelante!
¡Me fascinan estas expresiones!
No es lo mismo que:
¡Empezar de nuevo! O ¡Volver a empezar!
¡Escucha la oración! ¡Dila! Verás que su energía es diferente.
Sustitúyela en todos los ámbitos de tu vida; hazte consciente de que cada que decides probar un negocio, o renovar el que ya tienes; cada que elijes darte una nueva oportunidad en tu actual relación, o iniciar una con otra persona; cada que te propones comenzar a integrar un hábito positivo en tu vida, o retomar uno que habías dejado; siempre, siempre, sin importar la situación…
¡Estas avanzando! ¡Estás yendo hacia adelante!
No estás retrocediendo, ni regresando, no estás comenzando de cero, no estas volviendo...
¡Estás continuando! ¡Estás progresando!
Sabes más de lo que sabías antes de ti mismo, de tu pareja, de negocios o de lo que sea. ¡Tienes más experiencia que en el pasado! Date cuenta de ello y verás que actuarás de una forma distinta. ¡Empezarás a vivir Desde Aquí Hasta Ahora en plenitud!
¡Te deseo un excelente día!
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